REFLEXIÓN LECTURAS DEL DOMINGO 07 DE FEBRERO 2021 Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)
Primera lectura
Del primer libro Job 7, 1-4. 6-7
Salmo
Sal 146, 1-2. 3-4. 5-6
Segunda lectura
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23.
Evangelio del día
Del santo evangelio según san Marcos 1, 29-39.
Reflexión.
En el evangelio de hoy Marcos nos muestra un texto profundo y de gran enseñanza.
En el primer párrafo nos encontramos a un Jesús orante que sabía cómo darle a su Padre un primerísimo lugar en su vida, nada lo distraía de la oración, esta comunicación frecuente e intensa que era fundamental para fortalecerse y para cumplir con la misión encomendada. El texto nos relata la sanación de la suegra de Pedro, quien al verse sana por el Nazareno no duda en ponerse a servirlo a Él y a sus discípulos. Y nosotros, ¿cómo servimos al Señor por tantas bendiciones recibidas? O creemos que somos merecedores de ello y vamos por la vida, sin agradecerle, sin servirle, sin pensar en nadie más que en nosotros mismos.
En este tiempo tan difícil que nos toca vivir sería importante que nos detuviéramos a preguntarle a Jesús de qué manera podemos servirle.
¿Será a través de mis padres que tanto me necesitan, o del amigo que se siente tan solo y deprimido, o de esa persona que me encuentro en el semáforo a diario pidiendo una moneda y que siempre rechazo?. Es momento de dejar de pensar solo en mis necesidades. Hoy Dios me da la oportunidad de ser quien ayude y no ser quien necesite ayuda.
Jesús tú que sanaste a los enfermos y expulsaste a los demonios, permítenos entender con estos milagros tu gran amor por nosotros, y también tu dolor por nuestro sufrimiento, es difícil tener fe y creerte cuando estamos padeciendo una enfermedad o una circunstancia de dolor, así como lo padeció Job que nos habla en la primera lectura: “Recuerda que mi vida es un soplo, que mis ojos no verán la dicha”. Pero es ahí justo en el dolor cuando nuestro Padre se hace presente para sostenernos, para cargarnos cuando desfallecemos, entonces su misterio se devela, y entendemos que solo a Él podemos clamar, que nuestra vulnerabilidad queda al descubierto y como niños deseamos los brazos del Padre amoroso, del Padre protector que me hace sentir seguro y amado, y después de esta prueba solo nos queda clamar, “Sólo Dios basta”.
Hoy Jesús nos invita a que nos demos unos minutos para contemplarlo a través del Evangelio y tomar el versículo que más nos llame la atención, para ir al encuentro y hacerme “uno” con Él.
Que la bendición de Dios se quede en cada uno de nosotros.
Amén.
por Rocio Amaya
Hermosa reflexión que dios nos siga manteniendo en su fe, esperanza y amor. AMGD